Datos básicos
Clasificación: Patrimonio cultural
Clase: Museos
Tipo: Museos
Comunidad autónoma: Principado de Asturias
Provincia: Asturias
Municipio: Gijón
Parroquia: Xixón
Entidad: Gijón
Comarca: Comarca de Gijón
Zona: Centro de Asturias
Situación: Costa de Asturias
Código postal: 33201
Cómo llegar: Museo Juan Barjola
Dirección digital: 8CMPG8VP+MF
Museo Juan Barjola
Fotografía: Las fotos que mostramos de Museo Juan Barjola han sido realizadas por EuroWeb Media, SL y tienen toda nuestra garantía.
Descripción:
HORARIOS
- Martes a sábado: 11:30-13:30 h y 17:00-20:00 h.
- Domingos y festivos: 12:00-14:00 h
- Lunes cerrado
TARIFAS
- Gratuito
Localización: El Museo Barjola, cuya titularidad y gestión corresponde a la Consejería de Educación y Cultura del Principado de Asturias, ocupa el antiguo complejo de La Trinidad: por un lado, la casa palacio de Jove, de la que apenas se mantiene la fachada principal, y por otro, la capilla de La Trinidad, un fantástico ejemplo del barroco gijonés del siglo XVII. Se ha respetado la fachada y la estructura del templo.
Acceso: La ciudad de Gijón cuenta con estación conjunta de las compañías estatales ferroviarias RENFE y FEVE, estación de la empresa de autobuses ALSA, etc. Por carretera, su principal vía de comunicación con Oviedo —capital del Principado de Asturias, de la que dista 30 km— es la autopista A-66, conocida como la Y, que une los tres grandes núcleos urbanos asturianos: Oviedo, Gijón y Avilés.
Descripción: Palacio y capilla, sede del Museo. Exposiciones y conciertos de música de cámara. Palacio de 2 edificios iguales y 3 plantas, fachada con escudo de los Hevia, Miranda y Lavandera Valdés. Capilla adosada, con portada barroca, escudo de los Jove y espadaña. (Ver Arturo, 64-65) Gestionado por el Principado, muestra las obras donadas por el pintor extremeño Juan Barjola al mismo. Ocupa lo que la casa-palacio de Jove Huergo y la capilla de la Trinidad anexa, ambas del XVII, en la calle del mismo nombre. El Museo Barjola (c/ Trinidad, 17), inaugurado el 16 de diciembre de 1988, fue creado gracias al impulso del Gobierno del Principado de Asturias a partir de una donación del pintor Juan Barjola (Torre de Miguel Sesmero, Badajoz, 1919). Su gestión se lleva a cabo a través de la Consejería de Cultura del Principado de Asturias. El museo tiene su sede en lo que se conoce como Conjunto de la Trinidad (Monumento Histórico Artístico), del que es propietaria la Caja de Asturias (Cajastur), acabado de construir en 1676 e integrado por la casa-palacio de los Jove-Huergo y su capilla de La Trinidad - —fundación de Manuel y Cristina de Jove— que constituyen uno de los máximos exponentes del barroco gijonés. El edificio conserva la fachada delantera y la estructura y elementos constructivos de la capilla, habiéndose reconstruido el resto atendiendo a necesidades museográficas. El frente palaciego, de gran austeridad, se construyó totalmente a base de buenos sillares y consta de dos cuerpos iguales delimitados por una pilastra poco remarcada; cada uno de ellos presenta al exterior tres plantas con simetría en sus vanos, adornados éstos en los marcos. El escudo de las familias Hevia, Miranda y Lavandera Valdés figura en la unión entre los dos cuerpos y pone contrapunto a la sobriedad decorativa. La capilla aparece adosada a la izquierda del conjunto. Su interior, de reducidas dimensiones, se estructura en dos tramos: el primero cubierto con bóveda de aristas y el segundo (ábside) con cúpula sobre pechinas, adornadas por relieves en los que se representa a los cuatro Evangelistas. La fachada de este oratorio, que se distingue de la del palacio por su manifiesta complejidad ornamental, tiene una puerta enmarcada por moldura de orejas y flanqueada por tres pares de pilastras; por encima, apoyándose en el dintel, una especie de esbelto ático acoge el escudo de los Jove, sujeto por dos leones; el remate lo pone una gallarda espadaña que termina en frontón curvo y se decora con pirámides y bolas. El interior del nuevo edificio consta de cuatro plantas, pudiendo contemplarse la obra de Juan Barjola en las tres superiores y reservándose la capilla y parte del vestíbulo para exposiciones temporales, principalmente de escultura, y actividades culturales de todo tipo. El servicio al público se completa con una hemeroteca especializada en arte contemporáneo. En 1985 el pintor Juan Barjola hizo dos donaciones al Principado de Asturias; una con destino al Museo de Bellas Artes y otra para el museo que lleva su nombre. En 1987 es nombrado Hijo Adoptivo de Asturias y en 1994 Hijo Adoptivo de Gijón. La donación comprende 104 obras datadas entre 1950 y 1988. La resolución de 1 de diciembre de 1988 de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes otorga al Museo Barjola calificación de Museo de Artes Plásticas de interés para la Comunidad Autónoma y ámbito regional (BOPAP nº 290 de 17 de diciembre de 1988). Por resolución de 2 de febrero de 1989 de la Consejería de Educación, Cultura y Deportes se crea la Comisión Asesora del Museo (BOPAP nº 48 de 27 de febrero de 1989). Juan Barjola, educado artísticamente primero en la Escuela de Artes y Oficios de Badajoz y más tarde (1943), en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, donde entre 1968 y 1975 explicó Colorido y Composición, ha desarrollado una obra que puede incluirse dentro del expresionismo subjetivo; sus cuadros encierran significaciones dramáticas, irónicas y sarcásticas que caen muchas veces en el campo de lo surreal, pero con un carácter más humano. Su compromiso social se refleja en la temática, con la que pretende testimoniar a los demás las lacras de la sociedad: la guerra, la miseria, los suburbios, la opresión política y social. A partir de 1970 el carácter dramático de su pintura se compensa con una mayor alegría y viveza del color. Su estilo ha ido evolucionando, dentro de unas coordenadas básicas, hacia una ejecución más dinámica que se refleja en los gestos y el vivo ritmo que alcanzan sus últimas composiciones. Los momentos más importantes de la obra de Barjola actualmente reflejados en las paredes del museo son: —El otro muro de las lamentaciones (1970) y Autorretrato (1950): dos obras separadas por veinte años de evolución pictórica reciben al visitante en el vestíbulo del museo. El primero es quizás el máximo y más combativo exponente de la pintura social y comprometida de Barjola, de la que cuelgan otras muestras en las diferentes plantas del centro. —Mundo onírico: a esta denominación puede adscribirse una amplia temática siempre basada en la observación de la realidad, hasta el punto de que el cuadro puede «leerse», pero expresada con una imaginería y un tono visual de corte surrealista. —Retratos apócrifos: son una constante en la producción de Barjola, aunque no siempre los llamó así; constituyen una galería de gente que no existe pero con una presencia fuertemente real: juntos forman un particular bestiario humano. —Grabados: algo diferente al lado de los óleos. Aguafuertes de temática variada, aunque predominan las tauromaquias de significado ambivalente, una constante de Barjola representada en el museo a través de otros óleos de grandes dimensiones. —Primeras etapas: los cuadros más antiguos que pueden verse proceden de los años cincuenta y principios de los sesenta, y muestran una búsqueda que transitó por el abstracto y por un costumbrismo desbordado por un incipiente estilo expresionista que Barjola ya no abandonaría. Para recorrer el museo se propone comenzar por la última de las plantas: —3ª planta: Años 50-60: A los años 50 corresponden algunas obras de carácter abstracto, pero a finales de esa década el autor entra de lleno en la figuración que desarrollará entre finales de los cincuenta y en los sesenta, aunque sin el grado de expresionismo que le caracterizará posteriormente. En los aspectos técnicos destaca el ascetismo cromático y los gruesos empastes. La 3ª planta ofrece una muestra de obras en blanco y negro, principalmente grabados, que repiten la iconografía clásica del autor. —2ª planta: Años 70-80. Los años 70 están marcados por la crítica social y política con obras como Tercer mundo o El muro de las lamentaciones (instalado este último en el hall de entrada). Los colores son más acusados y los trazos más planos, adquiriendo importancia el dibujo de los personajes. La expresividad de las obras está muy influenciada por la estética pop. —1ª planta: Años 80-90. En estos años desarrolla un expresionismo feísta. El colorido mezcla pálidos tonos pastel con intensos rojos verdes y amarillos. La visión de los personajes es cada vez más subjetiva en tanto que éstos pertenecen al imaginario individual del pintor. La temática se vuelve puramente narrativa, pero sin un objetivo crítico claro. (Fuente: Museo Juan Barjola y elaboración propia.)
Observaciones: Dispone de hemeroteca dedicada al arte contemporáneo, con revistas y catálogos recibidos de todo el mundo.
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